Mujeres Transformando

Pronunciamiento publicado en el marco del 5 de Julio Día Nacional de la Persona Trabajadora de Maquila en El Salvador

EN EL DIA NACIONAL DE LA PERSONA TRABAJADORA DE MAQUILA

PORQUE MARCHAMOS LAS MUJERES:

LAS MUJERES NO QUEREMOS TRABAJAR, TRABAJAR Y TRABAJAR, QUEREMOS TRABAJAR, VIVIR Y SOÑAR…

Las mujeres trabajadoras de las maquilas organizadas a través de Mujeres Transformando, nos reconocemos herederas de tantas mujeres luchadoras por la justicia y el respeto a los derechos humanos; reconocemos que los derechos laborales también son derechos humanos y desde este reconocimiento traemos a la memoria el planteamiento de las mártires de Chicago cuando reivindicaban lo siguiente:

“8 horas para vivir, 8 horas para dormir y 8 horas para trabajar”

Las mujeres históricamente cargamos con el peso de la jornada doméstica y en nuestra calidad de trabajadoras asalariadas cargamos además con la jornada labor

al; actualmente la globalización y los tratados comerciales; repercuten en la calidad y condición del empleo para nosotras y por ende en nuestra calidad de vida; de tal forma que la implementación de estas medidas significan la pérdida de garantías protegidas por nuestra Constitución cuando establece que el trabajo cumple una función social y goza de la protección del Estado, es decir que este es responsable de brindar todos los recursos que estén a su alcance para proporcionar ocupación, manual o intelectual, a la clase trabajadora y para asegurarles las condiciones económicas de una vida digna.

Vemos con profunda preocupación como la jornada laboral se alarga más allá de las 8 horas establecidas por nuestro Código de Trabajo, que no se respeta el horario de trabajo y los descansos para alimentos. (art. 161 y sig. Código de Trabajo), cómo hemos perdido el derecho a un día de descanso a la semana, cómo no se cumple el principio de igualdad salarial cuando las mujeres percibimos un 30% menos del salario que recibe un hombre realizando la misma labor, como se ha perdido la posibilidad de negociar si queremos trabajar horas extras o no, como siendo trabajadoras bordadoras a domicilio se nos violan los siguientes derechos:

  1. Un salario en ningún momento debe ser inferior al mínimo establecido en la ley (art. 119 y 144 Código de Trabajo).
  2. El respeto a su dignidad de parte de su patrono art. 30 No. 5o, 8o y 11a Código de Trabajo).
  3. La garantía de la existencia de un contrato de trabajo. (art. 18 y sig. Código de Trabajo).
  4. El goce del descanso semanal, (art. 171 Código de Trabajo.) vacaciones anuales remuneradas (art. 177 C.T.) y asuetos remunerados (art. 190 Código de
    Trabajo.)

La garantía de la no discriminación laboral de la mujer (art. 30 No. 12 Código de Trabajo.) se viola cotidianamente en tantas empresas que exigen una edad máxima que deja fuera del mercado laboral a miles de mujeres en su etapa más productiva, cuando no nos consideran calificadas para optar por un cargo de gerencia o jefatura por el simple hecho de ser mujer, cuando nos acosan sexualmente, cuando no nos dan el permiso para ir a lactar a nuestros hijos e hijas, cuando nos pagan menos y nos exigen más, cuando se considera que contratar a mujeres no es conveniente para la empresa porque pedimos muchos permisos para atender problemas escolares o de salud de nuestros hijos y además se nos debe de pagar el 100% de nuestra incapacidad por maternidad.

También se violan nuestros derechos cuando no existe una justa distribución de la jornada doméstica; siendo así que las trabajadoras de maquilas debemos empezar nuestra jornada a las 4 de la mañana si tenemos marido e hijos y a las 5 si somos solteras, para poder salir con el trabajo doméstico antes de incorporarnos a la fábrica a las 7 de la mañana, para salir a las 7 de la noche a continuar con esa jornada extenuante al interior de nuestras casas; jornada que se espera la cumplamos con amor, cuidado y sin renegar porque esa no es trabajo, esa se hace por amor a nuestras familias y porque debemos ser buenas esposas, hijas y madres.

Vemos con preo

cupación las siguientes situaciones:

  • El miserable aumento al salario mínimo para el sector maquilas que es de $0.54 centavos diarios
  • El salario mínimo mensual en el sector de la maquila es de $208.32 dólares, alcanzando a cubrir la canasta básica alimentaria, pero solo el 35.35% de la canasta de mercado.  
  • La canasta básica alimentaria es de $180.58, sólo incluye pan, tortillas, arroz, carnes, aceite, huevos, leche, fruta, frijoles, verdura y azúcar. Por tanto, las trabajadoras no pueden cubrir gastos para la casa, la vestimenta, la luz, el agua, educación, salud, ocio y descanso, cuando sólo en transporte, con el último incremento, las trabajadoras de maquila gastan aproximadamente $15.00 al mes. En cuanto a la canasta de mercado, es decir, alimentación, alojamiento, salud y educación asciende a $ 589.26. Por tanto, más que una alternativa a la pobreza, la maquila en las condiciones actuales sólo permite administrarla.  
  • La privatización, la dolarización y la flexibilidad laboral son elementos fundamentales para entender la situación que vive el país, afectando de forma negativa la calidad de vida, el empleo (y desempleo) y la precariedad de los mismos (subempleo e informalidad) siendo las mujeres las principales afectadas.

Es por todas e

stas razones que las trabajadoras de maquilas organizadas en Mujeres Transformando exigimos que se generen condiciones de respeto a nuestros derechos laborales; donde el Estado y la sociedad reconozcan la responsabilidad que tienen con el bienestar de su propio pueblo generando entonces políticas públicas tendientes a disminuir las brechas de género que existen en el mercado laboral, donde cada vez sea menor el número de mujeres en un empleo precario, donde el salario y el trabajo reúnan las condiciones necesarias para llamarse digno, donde los acuerdos comerciales no descansen en el deterioro de la calidad del empleo y de la vida de las trabajadoras, donde cada vez más desde nuestro derecho a la indignación denunciemos los miserables salarios que se nos pagan por producir prendas de alta calidad que luego hacen que las fábricas y las grandes marcas se vuelvan más y más ricas y que estas denuncias se conviertan al fin en mejores salarios para nosotras y además exigimos al gobierno local y al nacional que se establezcan acciones de alivio a la carga doméstica de las mujeres trabajadoras, asalariadas o no, en el sector formal o informal de la economía, de forma tal que podamos trabajar, vivir, dormir y soñar.

 

PORQUE MIS DERECHOS NO SON MERCANCIA

NO SE VENDEN, NO SE NEGOCIAN

¡SE CUMPLEN!

COMITÉ MUNICIPAL DE TRABAJADORAS DE MAQUILA-MUJERES TRANSFORMANDO

Santo Tomás, 5 de Julio de 2014.

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